El distribuidor ya no es hotel

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ÁREA VERDE. El puente de la Cervecería ya tiene una infraestructura que lo preserva de las filtraciones de agua  - Wendy Inarra La Prensa


La jardinera ubicada por debajo del puente de la Cervecería ya no acoge a personas sin techo.
Toda el área verde cercana al puente del distribuidor de la autopista fue reestructurada para protegerla de las filtraciones de agua evidenciadas en las columnas dañadas por decenas de personas que utilizaban ese sitio para pernoctar y vivir.
Área verde con NUEVA ILUMINACIÓN y FACHADA. El pasado 25 de junio, La Prensa publicó una nota en la que describió cómo alrededor de 20 familias pernoctaban debajo del puente de la Cervecería.
El 1 de julio, la Alcaldía refaccionó ese lugar como parte de las obras para rendir homenaje a la gesta libertaria liderada por Pedro Domingo Murillo.
El director de Mantenimiento de la Alcaldía, Rodrigo Solís, dijo que “los espacios debajo del puente era tan grandes que tranquilamente cabían colchones y dormían varias familias”.
Además, los pilares del puente se debilitaban porque estas personas “excavaban la tierra para que tener mayor comodidad, lo que ocasionó filtraciones de agua”.
Cerca del puente, la Alcaldía entregó hace algunos días una nueva plaza denominada Héroes del Chaco.
Solís destacó que fue “necesario implementar nuevas luminarias para la conexión más importante de tráfico vehicular entre las dos ciudades. Era un lugar que servía de baño público y de acceso normal a todos los transeúntes y tenía grafitis de todo tipo”.
Esta actividad fue desarrollada en conjunto con la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía, puesto que era un sitio peligroso, por un equipo multidisciplinario de la Municipalidad paceña, la Red Abordajes en la Calle y la Asociación de Comunidades Terapéuticas, bajo la coordinación del director de Seguridad Ciudadana, José Luis Ramallo, quien aseguró que “en el marco de las decisiones individuales y el respeto a sus propias determinaciones, no podemos obligar a estas personas a que vayan a algún albergue, ese era su hogar”.
Antes fue un puente-alojamiento. Mientras el bullicio de toda la ciudad pasaba alrededor, el puente se convertía en el único hogar de esas. 20 familias, cuyos integrantes salían por las mañanas de sus improvisados compartimientos, asignados “según el más antiguo o por orden de llegada”. 
Lamentablemente, la mayoría de ellos es víctima de alguna adicción, ya sea al alcohol o a la clefa.
Ninguno posee un techo bajo el cual cobijarse. No se conoce su actual paradero, aunque algunos de ellos tienen prontuario policial por haber cometido infracciones y delitos.
“AQUÍ ESTÁ TODA MI FAMILIA”. MAVERICK, UN ADOLESCENTE QUE CONSUMÍA
CLEFA, DECÍA: “entre todos nos cuidamos y es el único lugar donde puedo dormir, y nadie me prohíbe volar, si nos falta trago o vuelo, lo compartimos entre todos”.
30 personas pernoctaban y vivían debajo del puente del distribuidor de la Autopista La Paz-El Alto.




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