De repente, un pequeño avión baja en picada desde el cielo, pero nadie está manipulando los controles. Éste no es un juguete, sino una nave no tripulada en una misión fotográfica.
Mientras, a cientos de kilómetros de distancia, en el espacio, el mismo terreno está siendo fotografiado por un satélite que claramente identifica árboles y animales individuales.
¿Qué es lo que están espiando? No se trata de instalaciones militares. Simplemente de tierras de labranza.
Las fincas de Europa les cuestan a los contribuyentes del Viejo Continente miles de millones de euros en subsidios cada año, e inspectores agrícolas de la Unión Europea están recurriendo a la tecnología para prevenir el fraude.
Se han utilizado satélites por varios años y actualmente se realizan pruebas con aviones no tripulados.
Revisar una finca con un satélite vale aproximadamente un tercio de lo que cuesta enviar a un inspector a una visita sobre el terreno -US$180 en vez de US$490- dice la Agencia de Pagos Rurales de Reino Unido (RPA, por sus siglas en inglés), que es la responsable de entregar los subsidios en Reino Unido y revisar si hay irregularidades.
"El RPA sólo hace un seguimiento a las acusaciones en las que hay dudas sobre la precisión de la información, y luego solo en los campos específicos donde existe la duda", dice el RPA. "Esto ahorra tiempo, les quita el peso a los granjeros y reduce los costos al contribuyente".
Los satélites pueden cubrir rápidamente un área inmensa en detalle y regresar rápidamente para tomarle fotos, en caso de ser necesario.
En 2010, alrededor del 70% de controles requeridos por pagos agrícolas en la Unión Europea fueron hechos por satélites, que fotografiaron más de 210.000 kilómetros cuadrados de terreno en total.
Pero no son infalibles.
Nota: BBCMundo
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