Socorristas y cuadrillas de búsqueda recorrieron este lunes el centro de Japón mientras la cifra de muertos del peor tifón que haya azotado al país en siete años aumentó a 26, agregando más desdicha a una nación que aún se recupera del golpe asestado hace seis meses por un catastrófico maremoto.
El tifón Talas, que fue degradado a tormenta tropical, azotó áreas costeras con vientos destructivos y lluvias récord durante el fin de semana antes de alejarse de las costas y dirigirse hacia el mar de Japón. Además de los 26 muertos y 52 desaparecidos, miles de personas quedaron varadas porque el tifón arrasó con puentes, vías ferroviarias y caminos.
Las imágenes de destrucción fueron otro desagradable recordatorio de la vulnerabilidad de Japón ante las fuerzas de la naturaleza mientras el país trata de recuperarse del sismo y tsunami del 11 de marzo.
En uno de sus primeros actos como primer ministro, Yoshihiko Noda, que asumió el puesto un día antes de que el meteoro tocara tierra, prometió que el gobierno aportaría tanta asistencia y tan rápido como fuera posible.
Su antecesor Naoto Kan fue obligado a renunciar en parte por el enojo público por la respuesta del gobierno ante el tsunami que dejó casi 21.000 personas muertas o desaparecidas y desató el peor desastre nuclear desde Chernóbil.
"Haremos todo lo que podamos para rescatar personas y buscar a los desaparecidos", dijo Noda.
Se cree que el tifón ha sido el peor que ha golpeado Japón desde 2004, cuando 98 personas murieron o desaparecieron.
La extensión del daño que dejó Talas todavía estaba conociéndose el lunes.
Los socorristas y equipos de reconocimiento recorrieron las áreas más afectadas en busca de sobrevivientes o personas varadas en zonas inundadas, las cuales -aunque en mucho menor escala- eran un recuerdo de la devastación, escombros y lodo dejados por el tsunami.
Nota: El Pais
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