Los cuerpos de Rafael Max Díez (27) y Jefferson Castro de Lima (22), quemados por una multitud la noche del martes en San Matías, fueron repatriados ayer por la tarde por agentes del Grupo Especial de Frontera (Gefron) de Brasil, con la premisa de entregarlos a sus familiares, según fuentes oficiales.
Los cadáveres fueron desenterrados a las 16:00 de las fosas comunes en las que la Policía los sepultó de manera provisional. El levantamiento legal de los restos lo hizo un equipo de la Policía Técnica de Mato Grosso, que los trasladó en un vehículo especial para el transporte de personas fallecidas.
La comitiva de nueve agentes militares ingresó en cuatro motorizados debidamente equipados, pero sin armas. La entrega de los restos se retrasó más de cuatro horas de lo previsto debido a que el fiscal David Veizaga se había marchado de San Matías, puesto que renunció a su cargo hace seis días y consideró que su viaje era impostergable, pese a los problemas que estaba dejando atrás sin resolver como autoridad del Ministerio Público.
Veizaga partió hacia Santa Cruz cerca de las 9:00 en un bus de servicio interdepartamental y con su ausencia paralizó un acto procedimental importante para las investigaciones del linchamiento de los dos ciudadanos brasileños y del triple crimen de los bolivianos. Para salvar la situación el fiscal de Distrito, Isabelino Gómez, convenció por teléfono a Veizaga a que retornara y emitiera los requerimientos correspondientes para que los policías brasileños repatriaran a sus coterráneos.
Con esa instructiva, el fiscal renunciante volvió de medio camino y cumplió con la misión encomendada. El desentierro de los difuntos fue presenciado por el alcalde matieño, Carlos Velarde, el subgobernador Matías Gil, el comandante de la Policía de Frontera, mayor Edwin Rojas, y periodistas bolivianos y brasileños.
El mayor Agilson Azizes Ferreira, subcomandante de Gefron en el sector de Cáceres, dijo que la principal misión en San Matías es recoger los cadáveres para llevarlos a Brasil y entregarlos a sus seres queridos para que los sepulten.
Sobre los brasileños muertos, el oficial manifestó que Jefferson Castro de Lima tenía antecedentes penales, porque hace unos 10 días había salido libre de la cárcel de Tangará de la Sierra, ubicada en el estado de Mato Grosso. Sobre Rafael Max Díez, dijo desconocer sus antecedentes.
Por otro lado, las investigaciones para conocer a los autores y a los instigadores del linchamiento de los dos brasileños, por parte de un grupo de pobladores de San Matías, están en veremos puesto que por el momento esta localidad fronteriza se quedó sin fiscal ante la renuncia de Veizaga.
El hasta ayer representante del Ministerio Público indicó que se va por razones personales, aunque versiones extraoficiales indican que declinó a su cargo por supuestas amenazas a la tranquilidad de su familia.
Entretanto, Rojas y el sargento Gróver Ramos, jefe de la Felcc del lugar, están a cargo de las pesquisas sobre el hecho de sangre, mientras se espera la llegada de un par de fiscales de la capital cruceña que coadyuvarán con este trabajo.
Suman diez policías más a la frontera
La comandante de la Policía en Santa Cruz, Lily Cortez, ordenó que diez efectivos fueran enviados hasta San Matías, como una primera medida de apoyo para el control de esta población fronteriza. Con estos uniformados, suman 28 el número de agentes que trabajarán en las siguientes semanas.
Se espera la refacción del puesto policial por parte de las autoridades y la dotación de un nuevo vehículo, ya que uno de los motorizados fue quemado durante los enfrentamientos del lunes pasado.
La presencia de los agentes del Gefron mostró las grandes diferencias que hay frente a nuestros investigadores en cuanto a equipos y a logística con la que cuentan los uniformados brasileños.
La brigada del país vecino tiene un laboratorio criminalístico móvil, medios de comunicación de punta y motorizados en buen estado.
nota: el deber
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